Crisis del Salmón: La irresponsabilidad de una Industria

. viernes, 20 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. A comienzos del año 2007 nada hacía imaginar que uno de los íconos del modelo de Desarrollo de Chile, la industria del Salmón, estaría a poco andar al borde de la quiebra y se enfrentaría al dilema de la supervivencia. A partir de la alerta ambiental emitida el 30 de Julio de ese año por SalmonChile, debido a la confirmación de la presencia de peces contagiados con el hoy ampliamente conocido virus ISA, el liderazgo chileno en el mundo salmonero se fue desvaneciendo poco a poco.

Pero ¿cómo una Industria que en su mayor apogeo llegó a generar 50 mil empleos directos, a crecer a tasas del 22% anual, tener ventas por más de 2 mil millones de dólares anuales, y que según proyecciones para el año 2015 sería líder mundial (incluso por encima de Noruega) se vio envuelta en un espiral de autodestrucción?

La respuesta es multifactorial, con componentes que apuntan a la falta de prácticas de manejo sustentable como uno de los aspectos críticos para que la Industria pudiera dar adecuada respuesta a la llegada del Virus ISA.

Estos componentes tienen relación con la respuesta de quienes producen a la aparición del virus. La industria privilegió, en un comienzo, mantener los niveles de producción y no afectar las ganancias a corto plazo asumiendo que los contagios eran un hecho aislado. Por esta razón, suministraron antibióticos de manera indiscriminada (hasta 350 veces más que Noruega) y llevaron la densidad de peces en sus granjas a niveles cinco veces mayor a la que utilizan las empresas europeas. Cada jaula de captura estaba a menos de 5 metros de distancia, lo que de inmediato expandió el virus generando una verdadera pandemia.

Una vez que el virus se salió de control, las muertes de peces llegaron a niveles tan altos que rápidamente la producción se fue a pique, generándose una bola de nieve en la cual la baja en los montos exportados repercute en los ingresos, esto en los niveles de empleo y también en las capacidades de respuesta a las obligaciones financieras contraídas. A esto se agrega la caída de la imagen internacional de la Industria, lo que se demuestra con las continuas notas de prensa internacional criticando el manejo de el empresariado nacional de la crisis y la pérdida de grandes compradores internacionales como Safeway y Wal-Mart (Ver The Economist, Ver New York Times).

Así, el escenario actual es muy adverso para la población, las empresas y el medio ambiente. En cuanto a las personas, que pasan a ser el colectivo más vulnerable en este momento, esto se expresa en el alto desempleo que esta crisis ha generado, perdiéndose 30 mil puestos de trabajo en dos años lo que ha dejado solo como un buen recuerdo el índice de desempleo de 2,3% que tuvo la Región de los Lagos en el auge del “oro naranja”.

Pero, ¿qué hacer ahora para superar esta crisis?, esta pregunta surge de manera natural luego de todo lo expuesto y obliga a plantearse este negativo escenario como una oportunidad de refundación de la industria, pero esto sólo se puede dar si todos los actores involucrados se hacen cargo de sus respectivos roles y asumen que la forma de producción intensiva y desregulada que hubo en Chile hasta ahora no garantiza una utilización de los recursos racional y sustentable en el tiempo.

Primero, la industria debe integrar en sus prácticas de producción criterios ambientales y sociales que permitan que la producción crezca de manera orgánica y le otorguen la resiliencia necesaria para reaccionar de mejor manera a posibles crisis futuras, dejando de lado modelos de sobreproducción y explotación de los recursos por sobre las capacidades de carga del ecosistema que no son sostenibles en el largo plazo. Las cuestiones ambientales y sociales deben ser cuantificadas en la gestión de las empresas del salmón, como una variable más de la realidad de los negocios y no como un gasto o algo externo.

Segundo, la banca comercial juega un papel preponderante al ser quien entrega los recursos para el desarrollo de la industria, este importante rol se hace evidente con la dificultosa negociación con el gremio para repactar las cuantiosas deudas que la crisis ha generado y la desconfianza de esta respecto a las reales capacidades de responder a las obligaciones comprometidas por la industria. En la actualidad, se exigen a la industria medidas regulatorias ambientales y sanitarias, garantías en acciones, además de la puesta en marcha de un sistema de información y veedores dentro de las compañías para poder entregar recursos, pero esto podría haber sido evitado si estos mismos bancos que ahora se dan cuenta que un agua contaminada no tiene valor, hubiesen incorporado criterios ambientales y sociales a la hora de hacer sus evaluaciones de riesgo en los financiamientos concedidos.

En la actualidad, los más importantes Bancos Internacionales han recogido la sustentabilidad en la evaluación de sus créditos, mediante la adopción de los Principios del Ecuador (Ver sitio web). Según estos, las entidades financieras se comprometen a tomar en consideración los riesgos sociales y medioambientales de los proyectos que financian y por lo tanto, a conceder créditos sólo a aquellos proyectos que puedan acreditar la adecuada gestión de sus impactos sociales y medioambientales, como la protección de la biodiversidad, el empleo de recursos renovables y la gestión de residuos, la protección de la salud humana, y los desplazamientos de población. Solo CorpBanca en Chile adhiere a esta iniciativa.

Tercero, el rol del Estado es clave. La experiencia ha demostrado que la autorregulación en esta industria fracasó. El Estado debe generar herramientas que aseguren que el medio ambiente sea respetado y que los recursos sean utilizados de manera sustentable. Además, en este momento están en proceso de discusión modificaciones a la Ley de Pesca (Ley Nº 18.892) que son vistas como un salvavidas para la industria Salmonera. El Estado tiene la obligación de resguardar que la refundación de este sector no sea a costa de los recursos de todos los chilenos, por lo tanto le cabe a nuestros legisladores y al ejecutivo garantizar que nunca más situaciones como esta se repetirán.

Es de esperar que el colapso de la Industria del Salmón sirva como ejemplo sobre cómo no se deben gestionar los recursos y los negocios en general, de ahora en adelante debe quedar claro que no se puede separar lo ambiental y social de lo económico, que estos tres aspectos deben estar alineados en la administración de las empresas, porque esa la única manera de asegurar un crecimiento sustentable en el largo plazo, que se haga cargo de los impactos generados y que entregue reales posibilidades de desarrollo a los países.

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Bonos de Carbono: El Futuro ya está aquí

. sábado, 14 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. Seguramente habrá escuchado más de una vez, a estas alturas, el concepto “huella de carbono” y lo habrá considerado como algo etéreo, que escasamente puede afectar a nuestro país y que solamente refleja una necesidad de mercados desarrollados y sofisticados. Bueno, la realidad de la huella de carbono es mucho más cercana de lo que se pudiera pensar.

Y cómo se expresa esa cercanía en la práctica? El 1 de enero de 2011 empezará a regir en Francia la ley Grenelle 2, que indica que los productos con mayor impacto ambiental (como los alimentos y derivados) deberán informar sobre las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) que generó su elaboración y transporte. No habrá distinciones entre productos locales o importados, y progresivamente se extenderá a todo tipo de artículos.

Asimismo, en Estados Unidos también, el Congreso está discutiendo la idea establecer, a partir del 2020, la obligación que los productos de importación (de países que no tienen obligaciones de reducción de emisiones comparables a los de Estados Unidos) deban comprar compensaciones de reducción. Algo similar se discute en el Parlamento Europeo.

Estas iniciativas pueden tener un gran impacto para la exportación nacional, que estará afectada por un mal de origen: la alta huella de carbono originada por las grandes distancias que recorre la producción nacional. Este pecado original deberá ser tomado en cuenta a la hora de generar herramientas que les permitan a quienes exportan mantener sus posiciones de mercado y su competitividad.

Pensando en este nuevo escenario, el sector financiero local se está alineando con el negocio del cambio climático al estructurar la primera bolsa de bonos de carbono del hemisferio sur. Dicha bolsa transará bonos que estarán basados en proyectos que reduzcan las emisiones de gases invernadero en Chile. De esta manera, Celfin Capital y Fundación Chile oficializaron el lanzamiento de la Santiago Climate Exchange (SCX) que será la encargada de transar los bonos de carbono de las empresas nacionales.

La institucionalidad de la SCX estará en proceso de diseño los próximos seis meses y al mismo tiempo también contactará a las empresas susceptibles de la emisión de bonos de carbono. Una vez que las empresas sean contactadas, realizarán proyectos destinados a la reducción de las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero de sus producciones, los que serán evaluados por un directorio técnico. Una vez generadas las reducciones comprometidas por los proyectos, la SCX creará certificados que luego serán transados en la bolsa como bonos de carbono.

SCX pretende iniciar sus operaciones con proyectos que presenten reducciones desde 5 millones de toneladas métricas de CO2. Se espera que hacia 2020 las transacciones superen las 100 millones de toneladas de CO2 anuales. América Latina emite 972 millones de toneladas de CO2 al año y sus principales emisores son México, Brasil, Venezuela y Argentina. Hoy Chile emite en promedio 70 millones de toneladas.

Con esta iniciativa, el mercado Chileno toma la delantera regional y se posiciona como una alternativa para las compañías que puedan apreciar el gran beneficio que les significará participar en el mercado de bonos de carbono, y esto se expresa en múltiples aspectos.

El primer beneficio medible será la reducción de sus huellas de carbono y lo que ello significará en la retención o ampliación de sus cuotas mercado actuales y también en el beneficio que les traerá al poder acceder a financiamiento adicional derivado de la venta de estos instrumentos.

SCX ya está en marcha, ahora es el turno de las empresas de tomar la iniciativa y aprovechar las oportunidades que el mercado les está ofreciendo. Aún hay tiempo de adaptarse a esta nueva realidad y seguir por la senda del crecimiento. Mientras más tiempo se deje pasar, mayores serán los espacios de mercado que se perderán, porque al menos una cosa es clara cuando hablamos del cambio climático y los bonos de carbono: el futuro ya está aquí y no podemos esperar que nos encuentre desprevenidos. Siga leyendo >>>

La paradoja de la Geotermia en "El Tatio"

. jueves, 5 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. Mucho tiempo se lleva discutiendo en Chile sobre la conveniencia de diversificar la matriz energética, para dejar de lado la escasez, la dependencia que tuvimos con Argentina y al mismo tiempo incorporar energías limpias a nuestra producción. Todo esto, potenciando las fuentes que el país posee: la energía eólica, solar, mareomotriz y geotérmica.

Es en este escenario de escasez energética que el Consorcio conformado por la Italiana ENEL (Controladora de ENDESA) junto a las empresas estatales ENAP y CODELCO, han comenzado el proceso de exploración de las potencialidades para la producción de energía geotérmica en los campos de géiseres de “El Tatio”, hecho que ha quedado evidenciado para el gran público por el incidente que provocó una fumarola de 60 metros en la zona.

Este accidente pone en entredicho la real sustentabilidad que tendría la producción energética por la vía geotérmica y pone en evidencia, además, las múltiples fallas asociadas a los procesos de prospección.

Tomando en cuenta que ya ha pasado un tiempo desde el control de las emanaciones de vapor de las faenas, parece razonable hacer una revisión y analizar algunos aspectos que, por el bien de la producción de energías limpias, las autoridades deben considerar antes de autorizar nuevas iniciativas:


Emplazamiento del proyecto

Emplazamiento del proyecto


1. Turismo v/s energía: El área en que se produjo el accidente geotérmico es ampliamente conocida por su atractivo natural, de hecho los geéseres de “El Tatio” fueron declarados zona de interés turístico en el año 2002. Esta actividad genera múltiples fuentes de trabajo y prácticamente sostiene la economía de la zona, visitada por 100.000 personas al año y es, a mi juicio, una de las tres postales naturales de Chile (junto a la Isla de Pascua y las Torres del Paine). Con estos antecedentes, la pregunta surge de inmediato: por qué elegir “El Tatio” para un proyecto que puede comenzar a cambiar la forma en que Chile accede a la energía? Sin duda, a la luz de los hechos, ha sido una decisión desafortunada y apresurada, que no ha considerado que en Chile hay más de 300 fuentes de energía geotérmica, siendo uno de los países con mayor potencial en el mundo.

Merecía la pena poner en riesgo uno de los principales focos turísticos por una prospección? Hasta qué punto las necesidades de producción de energía superan el interés por mantener y potenciar una economía local dinámica, exitosa y con proyecciones internacionales en el contexto turístico?

2. Involucramiento de las comunidades: el proyecto en cuestión se inserta en el área de influencia de comunidades atacameñas, además de la natural incidencia de las poblaciones y actividades económicas asentadas en los alrededores. Estas comunidades no han sido involucradas ni consultadas en todo el proceso de prospección.

El conglomerado que realiza las faenas olvida, al parecer, que las actividades productivas (en especial las energéticas) ya no sólo requieren permisos legales para poder implementar una obra, sino que necesitan de la cada vez mas importante “Licencia Social” (también llamada Licencia para Operar), imprescindible como parte de la validación de las empresas y sus obras frente a los diversos grupos de interés.

Esta Licencia Social no es un proceso administrativo ni un procedimiento para la obtención de un certificado, es el resultado de un proceso de diálogo continuo y comunicación permanente entre la Empresa y la(s) Comunidad(es) interesada(s). En él se establece como política básica cumplir todo lo que se promete. Corresponde, en definitiva, al reconocimiento y aceptación de la convivencia, siendo esta la validez práctica que solamente se obtiene del involucramiento, cuestión que obviamente en este caso, se ha pasado por alto. Tal vez el error está en la escasa visión de quienes son responsables de la prospección al no considerar, que pese a que puedan contar con todos los permisos legales en la mano, si no cuentan con esta Licencia Social, las obras puedan llegar a paralizarse más temprano que tarde (numerosos son los ejemplos a nivel internacional que evidencian esto) .

3. Energía Limpia no significa impacto 0: la geotermia no es una actividad que no genere impacto, pese a ser una gran alternativa a la hora de ampliar nuestra matriz energética posible, por ejemplo, que los campos geotérmicos colapsen si no se toman los resguardos necesarios, por lo que se debe tener clara conciencia de los riesgos asociados los que deben ser evaluados e integrados en la gestión de nuevas prospecciones. Las reales implicancias del accidente que se produjo, de hecho, aún están por verse.

Fumarola provocada por el accidente


Fumarola provocada por el accidente

4. Local v/s nacional: se debe comenzar a realizar análisis sistémicos antes de comenzar a producir cualquier tipo de energía limpia, dado que siempre existirán intereses tanto locales como nacionales. No podemos pensar que pese a que existen claras necesidades nacionales de energía se pueden postergar y obviar las particularidades locales y producir energía (en este caso geotérmica) a cualquier costo. El desarrollo nacional no puede ni debe estar desconectado del desarrollo local.

5. Eficacia de Instituciones Públicas.: nuevamente nuestras autoridades ambientales han evidenciado una demora excesiva en su capacidad de respuesta, dejando muchas dudas sobre sus reales capacidades fiscalizadoras. Es hora que la autoridad haga su trabajo pensando en la sustentabilidad de largo plazo y no enfocada en el impacto de corto plazo.

Es por todas estas razones que el incidente de “EL Tatio” debe ser cuidadosamente abordado por todos los actores involucrados: estamos, como país, en una encrucijada vital, donde podemos finalmente tomar un camino que apunte al desarrollo sustentable a través de la producción de energías limpias como la geotérmica. Al mismo puede darse la paradoja que la ineficiencia y la escasa visión sistémica que han demostrado los responsables de este proyecto (algo elemental a la hora de realizar cualquier intervención del medio) hagan inviable dar el paso adelante y manchen para siempre la validez de este tipo de fuentes energéticas.

La buena noticia es que aún se puede rectificar, y es la sociedad entera la que debe estar atenta a este tipo de intervenciones y exigir tanto a las autoridades como a las empresas que accidentes como el de “El Tatio” no serán tolerados porque el Desarrollo del país no será a cualquier precio.
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