Turismo Sustentable: Una oportunidad de desarrollo para Chile

. jueves, 3 de diciembre de 2009
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Por Nelson Núñez. El reciente paro de los funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil, evidencia el impacto que el sector turístico puede llegar a tener en el modelo de desarrollo del país. Una cosa son las demandas gremiales, otra es que se abre una ventana para reflexionar acerca de la oportunidad que tiene la industria turística: potenciarse y mejorar sus estándares de gestión, incorporar herramientas de sustentabilidad como factores críticos de éxito a la hora de diferenciarse en el concierto internacional y, por último, innovar y agregar valor al giro.

El turismo es uno de los sectores con más rápido crecimiento a nivel mundial y un sólido contribuyente al desarrollo sostenible, con más de 900 millones de turistas internacionales que viajaron el año pasado, la Organización Mundial del Turismo (OMT) prevé 1.600 millones de turistas para el año 2020. Estas cifras evidencian la necesidad de generar estímulos por parte de la industria para garantizar que Chile sea considerado un destino con atributos diferenciados. Es aquí donde el concepto de Turismo Sustentable juega un rol clave.

Para la actividad turística, la sustentabilidad implica la generación de sinergias, la creación de valor y la modificación delas dinámicas de crecimiento que están generando desequilibrios económicos, sociales, culturales y ambientales. Esta definición, en términos operativos, resulta en una interacción balanceada de tres factores básicos:

  • El uso apropiado de los recursos naturales y culturales.
  • El mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades locales, a través de su involucramiento en los proyectos turísticos mediante la incorporación a la masa laboral.
  • El éxito económico, que pueda contribuir a otros programas de desarrollo nacional. Son claros los ejemplos en numerosos países donde el turismo se convierte en una gran industria que aporta gran cantidad de divisas. Esto no sólo aplica a los países más conocidos como España, Italia o Estados Unidos, sino a realidades turísticas similares a la chilena como es el caso de Nueva Zelandia o Costa Rica.

No debemos dejar de considerar que la demanda turística ha cambiado. Cada día son más evidentes las exigencias, que buscan un turismo más activo, más participativo con respecto a los intereses ambientales y socioculturales; con servicios de alta calidad donde se privilegie la conservación y protección del medio natural, el aprendizaje y preservación de culturas locales.

Esta nueva corriente, no sólo ha incidido sobre quienes consumen sino también sobre quienes invierten que están seleccionando con mucho cuidado las empresas o proyectos turísticos en las cuales invertir su dinero, procurando asegurarse que ellas correspondan ecológica, y socialmente con los intereses del desarrollo sustentable. Si a esto agregamos que el turismo es una industria determinada por la demanda, entendemos por qué estos cambios están llegando a tener una repercusión trascendental sobre la oferta de turismo a nivel global.

El fomento de turismo sustentable además genera atracción de personas consumidoras asociadas a mercados de mayor desarrollo, lo que fomenta una especialización del mercado, aumentando la calidad de las gentes profesionales y por ende de los retornos de la actividad. Adicionalmente el uso correcto de los recursos trae consigo políticas de ecoeficiencia que reducen de manera importante los costos.

Como toda industria, la turística debe responder a esta nueva demanda pero la claves está en que la sustentabilidad turística está lejos de ser sólo un concepto idealista o una mera respuesta mecánica, sino que debe ser entendida como una condición indispensable para competir con éxito ahora y de manera sustentable de largo plazo.

Ahora bien, no sólo la demanda ha cambiado, los tiempos y la difusión de estos requerimientos “innovadores” obligan a los diferentes estamentos involucrados en el Desarrollo de la industria (Sernatur, Asociaciones Gremiales, Cámaras sectoriales, Entidades Educacionales, etc.) a estar preparados, ofreciendo las herramientas necesarias para entregar un producto innovador, rentable y de calidad que contribuya decididamente al desarrollo del país.

Quizás sea difícil competir con los encantos de Europa, las playas paradisiacas del Caribe, la magia de Oriente, o los casinos de Las Vegas pero sí podemos aprovechar de manera decidida y diferenciada nuestras bellezas naturales y culturales con turismo sustentable y de esa manera posicionarnos como país en una industria que crece con o sin la presencia de Chile.
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Crisis del Salmón: La irresponsabilidad de una Industria

. viernes, 20 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. A comienzos del año 2007 nada hacía imaginar que uno de los íconos del modelo de Desarrollo de Chile, la industria del Salmón, estaría a poco andar al borde de la quiebra y se enfrentaría al dilema de la supervivencia. A partir de la alerta ambiental emitida el 30 de Julio de ese año por SalmonChile, debido a la confirmación de la presencia de peces contagiados con el hoy ampliamente conocido virus ISA, el liderazgo chileno en el mundo salmonero se fue desvaneciendo poco a poco.

Pero ¿cómo una Industria que en su mayor apogeo llegó a generar 50 mil empleos directos, a crecer a tasas del 22% anual, tener ventas por más de 2 mil millones de dólares anuales, y que según proyecciones para el año 2015 sería líder mundial (incluso por encima de Noruega) se vio envuelta en un espiral de autodestrucción?

La respuesta es multifactorial, con componentes que apuntan a la falta de prácticas de manejo sustentable como uno de los aspectos críticos para que la Industria pudiera dar adecuada respuesta a la llegada del Virus ISA.

Estos componentes tienen relación con la respuesta de quienes producen a la aparición del virus. La industria privilegió, en un comienzo, mantener los niveles de producción y no afectar las ganancias a corto plazo asumiendo que los contagios eran un hecho aislado. Por esta razón, suministraron antibióticos de manera indiscriminada (hasta 350 veces más que Noruega) y llevaron la densidad de peces en sus granjas a niveles cinco veces mayor a la que utilizan las empresas europeas. Cada jaula de captura estaba a menos de 5 metros de distancia, lo que de inmediato expandió el virus generando una verdadera pandemia.

Una vez que el virus se salió de control, las muertes de peces llegaron a niveles tan altos que rápidamente la producción se fue a pique, generándose una bola de nieve en la cual la baja en los montos exportados repercute en los ingresos, esto en los niveles de empleo y también en las capacidades de respuesta a las obligaciones financieras contraídas. A esto se agrega la caída de la imagen internacional de la Industria, lo que se demuestra con las continuas notas de prensa internacional criticando el manejo de el empresariado nacional de la crisis y la pérdida de grandes compradores internacionales como Safeway y Wal-Mart (Ver The Economist, Ver New York Times).

Así, el escenario actual es muy adverso para la población, las empresas y el medio ambiente. En cuanto a las personas, que pasan a ser el colectivo más vulnerable en este momento, esto se expresa en el alto desempleo que esta crisis ha generado, perdiéndose 30 mil puestos de trabajo en dos años lo que ha dejado solo como un buen recuerdo el índice de desempleo de 2,3% que tuvo la Región de los Lagos en el auge del “oro naranja”.

Pero, ¿qué hacer ahora para superar esta crisis?, esta pregunta surge de manera natural luego de todo lo expuesto y obliga a plantearse este negativo escenario como una oportunidad de refundación de la industria, pero esto sólo se puede dar si todos los actores involucrados se hacen cargo de sus respectivos roles y asumen que la forma de producción intensiva y desregulada que hubo en Chile hasta ahora no garantiza una utilización de los recursos racional y sustentable en el tiempo.

Primero, la industria debe integrar en sus prácticas de producción criterios ambientales y sociales que permitan que la producción crezca de manera orgánica y le otorguen la resiliencia necesaria para reaccionar de mejor manera a posibles crisis futuras, dejando de lado modelos de sobreproducción y explotación de los recursos por sobre las capacidades de carga del ecosistema que no son sostenibles en el largo plazo. Las cuestiones ambientales y sociales deben ser cuantificadas en la gestión de las empresas del salmón, como una variable más de la realidad de los negocios y no como un gasto o algo externo.

Segundo, la banca comercial juega un papel preponderante al ser quien entrega los recursos para el desarrollo de la industria, este importante rol se hace evidente con la dificultosa negociación con el gremio para repactar las cuantiosas deudas que la crisis ha generado y la desconfianza de esta respecto a las reales capacidades de responder a las obligaciones comprometidas por la industria. En la actualidad, se exigen a la industria medidas regulatorias ambientales y sanitarias, garantías en acciones, además de la puesta en marcha de un sistema de información y veedores dentro de las compañías para poder entregar recursos, pero esto podría haber sido evitado si estos mismos bancos que ahora se dan cuenta que un agua contaminada no tiene valor, hubiesen incorporado criterios ambientales y sociales a la hora de hacer sus evaluaciones de riesgo en los financiamientos concedidos.

En la actualidad, los más importantes Bancos Internacionales han recogido la sustentabilidad en la evaluación de sus créditos, mediante la adopción de los Principios del Ecuador (Ver sitio web). Según estos, las entidades financieras se comprometen a tomar en consideración los riesgos sociales y medioambientales de los proyectos que financian y por lo tanto, a conceder créditos sólo a aquellos proyectos que puedan acreditar la adecuada gestión de sus impactos sociales y medioambientales, como la protección de la biodiversidad, el empleo de recursos renovables y la gestión de residuos, la protección de la salud humana, y los desplazamientos de población. Solo CorpBanca en Chile adhiere a esta iniciativa.

Tercero, el rol del Estado es clave. La experiencia ha demostrado que la autorregulación en esta industria fracasó. El Estado debe generar herramientas que aseguren que el medio ambiente sea respetado y que los recursos sean utilizados de manera sustentable. Además, en este momento están en proceso de discusión modificaciones a la Ley de Pesca (Ley Nº 18.892) que son vistas como un salvavidas para la industria Salmonera. El Estado tiene la obligación de resguardar que la refundación de este sector no sea a costa de los recursos de todos los chilenos, por lo tanto le cabe a nuestros legisladores y al ejecutivo garantizar que nunca más situaciones como esta se repetirán.

Es de esperar que el colapso de la Industria del Salmón sirva como ejemplo sobre cómo no se deben gestionar los recursos y los negocios en general, de ahora en adelante debe quedar claro que no se puede separar lo ambiental y social de lo económico, que estos tres aspectos deben estar alineados en la administración de las empresas, porque esa la única manera de asegurar un crecimiento sustentable en el largo plazo, que se haga cargo de los impactos generados y que entregue reales posibilidades de desarrollo a los países.

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Bonos de Carbono: El Futuro ya está aquí

. sábado, 14 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. Seguramente habrá escuchado más de una vez, a estas alturas, el concepto “huella de carbono” y lo habrá considerado como algo etéreo, que escasamente puede afectar a nuestro país y que solamente refleja una necesidad de mercados desarrollados y sofisticados. Bueno, la realidad de la huella de carbono es mucho más cercana de lo que se pudiera pensar.

Y cómo se expresa esa cercanía en la práctica? El 1 de enero de 2011 empezará a regir en Francia la ley Grenelle 2, que indica que los productos con mayor impacto ambiental (como los alimentos y derivados) deberán informar sobre las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) que generó su elaboración y transporte. No habrá distinciones entre productos locales o importados, y progresivamente se extenderá a todo tipo de artículos.

Asimismo, en Estados Unidos también, el Congreso está discutiendo la idea establecer, a partir del 2020, la obligación que los productos de importación (de países que no tienen obligaciones de reducción de emisiones comparables a los de Estados Unidos) deban comprar compensaciones de reducción. Algo similar se discute en el Parlamento Europeo.

Estas iniciativas pueden tener un gran impacto para la exportación nacional, que estará afectada por un mal de origen: la alta huella de carbono originada por las grandes distancias que recorre la producción nacional. Este pecado original deberá ser tomado en cuenta a la hora de generar herramientas que les permitan a quienes exportan mantener sus posiciones de mercado y su competitividad.

Pensando en este nuevo escenario, el sector financiero local se está alineando con el negocio del cambio climático al estructurar la primera bolsa de bonos de carbono del hemisferio sur. Dicha bolsa transará bonos que estarán basados en proyectos que reduzcan las emisiones de gases invernadero en Chile. De esta manera, Celfin Capital y Fundación Chile oficializaron el lanzamiento de la Santiago Climate Exchange (SCX) que será la encargada de transar los bonos de carbono de las empresas nacionales.

La institucionalidad de la SCX estará en proceso de diseño los próximos seis meses y al mismo tiempo también contactará a las empresas susceptibles de la emisión de bonos de carbono. Una vez que las empresas sean contactadas, realizarán proyectos destinados a la reducción de las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero de sus producciones, los que serán evaluados por un directorio técnico. Una vez generadas las reducciones comprometidas por los proyectos, la SCX creará certificados que luego serán transados en la bolsa como bonos de carbono.

SCX pretende iniciar sus operaciones con proyectos que presenten reducciones desde 5 millones de toneladas métricas de CO2. Se espera que hacia 2020 las transacciones superen las 100 millones de toneladas de CO2 anuales. América Latina emite 972 millones de toneladas de CO2 al año y sus principales emisores son México, Brasil, Venezuela y Argentina. Hoy Chile emite en promedio 70 millones de toneladas.

Con esta iniciativa, el mercado Chileno toma la delantera regional y se posiciona como una alternativa para las compañías que puedan apreciar el gran beneficio que les significará participar en el mercado de bonos de carbono, y esto se expresa en múltiples aspectos.

El primer beneficio medible será la reducción de sus huellas de carbono y lo que ello significará en la retención o ampliación de sus cuotas mercado actuales y también en el beneficio que les traerá al poder acceder a financiamiento adicional derivado de la venta de estos instrumentos.

SCX ya está en marcha, ahora es el turno de las empresas de tomar la iniciativa y aprovechar las oportunidades que el mercado les está ofreciendo. Aún hay tiempo de adaptarse a esta nueva realidad y seguir por la senda del crecimiento. Mientras más tiempo se deje pasar, mayores serán los espacios de mercado que se perderán, porque al menos una cosa es clara cuando hablamos del cambio climático y los bonos de carbono: el futuro ya está aquí y no podemos esperar que nos encuentre desprevenidos. Siga leyendo >>>

La paradoja de la Geotermia en "El Tatio"

. jueves, 5 de noviembre de 2009
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Por Nelson Núñez. Mucho tiempo se lleva discutiendo en Chile sobre la conveniencia de diversificar la matriz energética, para dejar de lado la escasez, la dependencia que tuvimos con Argentina y al mismo tiempo incorporar energías limpias a nuestra producción. Todo esto, potenciando las fuentes que el país posee: la energía eólica, solar, mareomotriz y geotérmica.

Es en este escenario de escasez energética que el Consorcio conformado por la Italiana ENEL (Controladora de ENDESA) junto a las empresas estatales ENAP y CODELCO, han comenzado el proceso de exploración de las potencialidades para la producción de energía geotérmica en los campos de géiseres de “El Tatio”, hecho que ha quedado evidenciado para el gran público por el incidente que provocó una fumarola de 60 metros en la zona.

Este accidente pone en entredicho la real sustentabilidad que tendría la producción energética por la vía geotérmica y pone en evidencia, además, las múltiples fallas asociadas a los procesos de prospección.

Tomando en cuenta que ya ha pasado un tiempo desde el control de las emanaciones de vapor de las faenas, parece razonable hacer una revisión y analizar algunos aspectos que, por el bien de la producción de energías limpias, las autoridades deben considerar antes de autorizar nuevas iniciativas:


Emplazamiento del proyecto

Emplazamiento del proyecto


1. Turismo v/s energía: El área en que se produjo el accidente geotérmico es ampliamente conocida por su atractivo natural, de hecho los geéseres de “El Tatio” fueron declarados zona de interés turístico en el año 2002. Esta actividad genera múltiples fuentes de trabajo y prácticamente sostiene la economía de la zona, visitada por 100.000 personas al año y es, a mi juicio, una de las tres postales naturales de Chile (junto a la Isla de Pascua y las Torres del Paine). Con estos antecedentes, la pregunta surge de inmediato: por qué elegir “El Tatio” para un proyecto que puede comenzar a cambiar la forma en que Chile accede a la energía? Sin duda, a la luz de los hechos, ha sido una decisión desafortunada y apresurada, que no ha considerado que en Chile hay más de 300 fuentes de energía geotérmica, siendo uno de los países con mayor potencial en el mundo.

Merecía la pena poner en riesgo uno de los principales focos turísticos por una prospección? Hasta qué punto las necesidades de producción de energía superan el interés por mantener y potenciar una economía local dinámica, exitosa y con proyecciones internacionales en el contexto turístico?

2. Involucramiento de las comunidades: el proyecto en cuestión se inserta en el área de influencia de comunidades atacameñas, además de la natural incidencia de las poblaciones y actividades económicas asentadas en los alrededores. Estas comunidades no han sido involucradas ni consultadas en todo el proceso de prospección.

El conglomerado que realiza las faenas olvida, al parecer, que las actividades productivas (en especial las energéticas) ya no sólo requieren permisos legales para poder implementar una obra, sino que necesitan de la cada vez mas importante “Licencia Social” (también llamada Licencia para Operar), imprescindible como parte de la validación de las empresas y sus obras frente a los diversos grupos de interés.

Esta Licencia Social no es un proceso administrativo ni un procedimiento para la obtención de un certificado, es el resultado de un proceso de diálogo continuo y comunicación permanente entre la Empresa y la(s) Comunidad(es) interesada(s). En él se establece como política básica cumplir todo lo que se promete. Corresponde, en definitiva, al reconocimiento y aceptación de la convivencia, siendo esta la validez práctica que solamente se obtiene del involucramiento, cuestión que obviamente en este caso, se ha pasado por alto. Tal vez el error está en la escasa visión de quienes son responsables de la prospección al no considerar, que pese a que puedan contar con todos los permisos legales en la mano, si no cuentan con esta Licencia Social, las obras puedan llegar a paralizarse más temprano que tarde (numerosos son los ejemplos a nivel internacional que evidencian esto) .

3. Energía Limpia no significa impacto 0: la geotermia no es una actividad que no genere impacto, pese a ser una gran alternativa a la hora de ampliar nuestra matriz energética posible, por ejemplo, que los campos geotérmicos colapsen si no se toman los resguardos necesarios, por lo que se debe tener clara conciencia de los riesgos asociados los que deben ser evaluados e integrados en la gestión de nuevas prospecciones. Las reales implicancias del accidente que se produjo, de hecho, aún están por verse.

Fumarola provocada por el accidente


Fumarola provocada por el accidente

4. Local v/s nacional: se debe comenzar a realizar análisis sistémicos antes de comenzar a producir cualquier tipo de energía limpia, dado que siempre existirán intereses tanto locales como nacionales. No podemos pensar que pese a que existen claras necesidades nacionales de energía se pueden postergar y obviar las particularidades locales y producir energía (en este caso geotérmica) a cualquier costo. El desarrollo nacional no puede ni debe estar desconectado del desarrollo local.

5. Eficacia de Instituciones Públicas.: nuevamente nuestras autoridades ambientales han evidenciado una demora excesiva en su capacidad de respuesta, dejando muchas dudas sobre sus reales capacidades fiscalizadoras. Es hora que la autoridad haga su trabajo pensando en la sustentabilidad de largo plazo y no enfocada en el impacto de corto plazo.

Es por todas estas razones que el incidente de “EL Tatio” debe ser cuidadosamente abordado por todos los actores involucrados: estamos, como país, en una encrucijada vital, donde podemos finalmente tomar un camino que apunte al desarrollo sustentable a través de la producción de energías limpias como la geotérmica. Al mismo puede darse la paradoja que la ineficiencia y la escasa visión sistémica que han demostrado los responsables de este proyecto (algo elemental a la hora de realizar cualquier intervención del medio) hagan inviable dar el paso adelante y manchen para siempre la validez de este tipo de fuentes energéticas.

La buena noticia es que aún se puede rectificar, y es la sociedad entera la que debe estar atenta a este tipo de intervenciones y exigir tanto a las autoridades como a las empresas que accidentes como el de “El Tatio” no serán tolerados porque el Desarrollo del país no será a cualquier precio.
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Metro de Santiago: Liderando el cambio ambiental.

. jueves, 22 de octubre de 2009
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Por Nelson Núñez. A comienzos del mes de Octubre, la empresa Metro de Santiago informó que había llegado a un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para desarrollar un programa de cooperación técnica. Este programa tiene el objetivo de emitir bonos de carbono. Lo lamentable es que esta noticia fue publicada brevemente por los medios de comunicación, a pesar de poseer un trasfondo de suma importancia para la economía nacional.

¿Por qué la decisión de una empresa en particular puede ser considerada tan importante? La respuesta es evidente: Metro de Santiago se está haciendo cargo de manera efectiva de sus impactos ambientales y al mismo tiempo, está recogiendo las tendencias mundiales que apuntan a la trazabilidad de la huella de carbono y la eficiencia energética.

Los bonos de carbono son las Reducciones Certificadas de Emisiones de Gases Efecto Invernadero o CERs por su sigla en inglés (Certified Emission Reductions). El CER, que se genera en la etapa de ejecución del proyecto y se extiende una vez acreditada dicha reducción, es la unidad que corresponde a una tonelada métrica de dióxido de carbono equivalente. Son créditos que se transan en el Mercado del Carbono.

Esto significa que una empresa, como Metro de Santiago, que disminuye sus emisiones de CO2 de manera voluntaria, puede vender esta reducción a empresas de países desarrollados que estén obligadas a bajar sus emisiones generando beneficios económicos y ambientales, haciendo eficiente el uso de energía, reduciendo las emisiones y vendiendo este instrumento transable.

Una de las formas en que Metro hará efectivo este programa será a través de la implementación del CBTC (Communication Based Train Control). Este consiste en reemplazar el sistema de conducción de los trenes actuales por un sistema de pilotaje de trenes basado en las comunicaciones el que a la fecha no se encuentra implementado en ningún metro de Sudamérica.

La iniciativa mejorará la exactitud y fiabilidad con que se localizan los trenes, con lo cual se conocerá su posición exacta en todo momento. Esto permitirá evitar detenciones innecesarias y reducir la distancia entre trenes, mejorando la eficiencia energética a través de la disminución del consumo energético en cerca de 30 GWh/año, que corresponde a dejar de emitir 15.300 toneladas de CO2. Esto podría generar ingresos anuales por US$229.000.

Además de este gran avance, se contemplan una serie de proyectos complementarios que aumentan la eficiencia energética en las operaciones de la empresa de transporte, algunos de estos son:

Reutilización de energía generada durante el frenado de trenes: En los trenes se han incorporado sistemas que permiten regenerar energía durante el proceso de frenado. Con este sistema se logra un aporte energético del orden de 6% del consumo.

Operación Expresa: Durante 2007 se puso en ejecución el programa de Operación Expresa que consiste en que los trenes se detienen de manera alternada, estación por medio, en la mayor parte de los tramos de línea 4 y 5, disminuyendo el consumo energético asociado a tracción de trenes.

Implementación Iluminación Inteligente: Para las líneas 4 y 4A se adquirió un sistema de software y controladores lógicos programables, que permite controlar el encendido y apagado de la iluminación, así como graduar la luminosidad dependiendo de la luz ambiente.

Con estas iniciativas Metro ahorrará cerca de 35 GWh/año, lo que equivale al consumo energético de 19.400 hogares y disminuirán la emisión de gases de efecto invernadero en cerca de 17.000 ton CO2/año.

Existe una voluntad estratégica por parte de Metro de Santiago de tomar el liderazgo en materia de sustentabilidad, lo que podría generar un efecto multiplicador en el país. Más aún, siendo esta una sociedad anónima controlada por el Estado, impone un estándar a las demás empresas estatales que, en el mejor de los escenarios, tendrían que tomar en consideración de aquí en adelante.

Lo interesante es que los beneficios económicos de la Sustentabilidad estratégica se hacen patentes en este tipo de iniciativas y demuestran que con una buena política, orientada a fortalecer la gestión de los impactos (ambientales en este caso), se pueden obtener beneficios directos para la empresa y la sociedad. Asimismo, que la aplicación de políticas orientadas en este sentido, podría inducir a la necesaria preparación de las empresas y compañías para el momento en que la disminución de las emisiones y su huella de carbono sea un hecho en los mercados globales, convirtiéndose en un atributo de valor económico concreto.

Ahora bien, es de esperar que el ejemplo que nos ha dado Metro de Santiago al convertirse en el segundo tren subterráneo a nivel mundial en la emisión de Bonos de Carbono sea replicado por otras empresas (no solo del mismo rubro).

Así, las empresas que tomen la delantera podrán gozar de los beneficios asociados a este cambio y por su parte, aquellas que no lo hagan, se verán tarde o temprano forzadas por las exigencias internacionales a iniciar prácticas de reducción de emisiones, aspirando sólo al empate. Ya sabemos que cuando el objetivo es el empate, se termina perdiendo. Siga leyendo >>>

Supermercados Líder: Un paso adelante.....Dos atrás.

. jueves, 15 de octubre de 2009
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Por Nelson Núñez. Mucho se habla de la importancia de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial orientadas a la Sustentabilidad económica de largo plazo en las organizaciones. Sin embargo, muchas veces se tiende a generalizar y asociar esto con acciones puntuales sin mayor estrategia y orientadas exclusivamente a generar impacto mediático y no a modificar la forma de hacer negocios; o simplemente se concentran en un aspecto olvidando que una buena política de RSE debe ser coherente y equilibrada.

Es justamente el equilibrio lo que define una política de esta naturaleza, porque sólo de esa manera se puede conseguir una adecuada articulación de los actores que participan en el proceso de generación de riqueza al interior de una empresa. Cuando una empresa no logra este adecuado equilibrio, puede boicotear sus esfuerzos y generar efectos negativos en su gestión.

Un ejemplo de esto es lo que ha desarrollado la empresa “Líder” , que durante la semana pasada figuró en tres ocasiones en la prensa por sus acciones; la primera por una muy destacable y la otras dos asociadas a sus malas prácticas.

Debo comenzar por la acción destacable, Líder (recientemente adquirida por Wal-Mart) inauguró el primer supermercado de Chile que podría calificarse como ecológico y amigable con el medio ambiente. Entre sus principales características, se cuentan:

Construcción: El edificio fue realizado usando material reciclado, tiene paneles solares, un gran porcentaje de áreas verdes en los alrededores y en el techo.

Productos: El supermercado ofrece a sus clientes verduras y frutas orgánicas, productos de bioplástico (100% reciclable), pañales ecológicos, entre otras opciones sustentables ambientalmente.

Reciclaje: Se pone a disposición del usuariado contenedores de reciclaje tradicional como de pilas, baterías y celulares. Además se fomenta el uso de bolsas reutilizables.

Uso eficiente de energía: Para ahorrar en el consumo de agua caliente, se instalaron paneles solares conectados a termos que permiten economizar un 65% de energía. Además, de reducir el calentamiento del local y los gastos de calefacción y aire acondicionado.

La iluminación del supermercado proyecta un ahorro de un 30% de energía con el aprovechamiento de la luz natural a través de tragaluces, sensores que regulan automáticamente la intensidad de la luz artificial, focos LED que consumen sólo 1W por hora en refrigeradores, estacionamientos, letreros en el exterior y jardines, y sensores de movimiento para encender las luces solo cuando sea necesario.

Transporte: Se contempló la instalación de estacionamientos para bicicletas y estacionamientos preferentes para los vehículos híbridos (pese a que prácticamente no existen en Chile).

Como puede apreciarse esta iniciativa es un gran aporte en a la forma en que se gestiona el retail, ya que entrega a la clientela nuevas posibilidades de elección, y de esta manera fomenta o al menos permite consumir de manera responsable y premiar a aquellas empresas proveedoras que generen valor agregado mediante la Sustentabilidad.

Lo que opaca a esta gran noticia es que, al mismo tiempo Líder ha sido sancionada, por tercera vez consecutiva por la Dirección del Trabajo por incurrir en prácticas anti sindicales. Al respecto, la directora del Trabajo, Patricia Silva, explicó que “las conductas más frecuentes tienen relación con actos de injerencia o limitación al derecho a negociar colectivamente. En muchos casos, los hechos sancionados tienen que ver con cierta práctica desleal de quienes emplean, afectando directa o indirectamente el proceso colectivo”.

Como si esto fuera poco la tarjeta Presto (principal medio de crédito del gigante del retail) ha sido calificada precisamente como la “Líder” de los reclamos de su usuariado en el último Índice de Conflictividad elaborado por el Servicio Nacional del Consumidor, por sobre todos los instrumentos de crédito del Mercado.

En este caso hay sin duda acciones que se contraponen absolutamente. Por una parte Líder está siendo vanguardista en términos de sustentabilidad ambiental con la construcción del supermercado “verde”, pero al mismo tiempo está olvidando un factor fundamental a la hora de planificar cualquier política de RSE, las personas.

Son las personas, específicamente su personal y clientes quienes dan soporte a la empresa, especialmente por el rubro en el que se desempeñan y por esto no pueden quedar fuera de las prácticas de Sustentabilidad de las compañías.

Como expresara, Andrés Fernández Gerente de Express Líder, la sustentabilidad es “tanto una responsabilidad como una oportunidad”, y esto que se dice fácilmente debe quedar demostrado con hechos en la coherencia que muestren las declaraciones y la práctica. De esta manera una empresa que gestiona el Medio Ambiente, pero no se hace cargo de su Público Interno, sus Clientes, Proveedoras o cualquiera de sus grupos de interés no puede declarase Sustentable.

La sustentabilidad empresarial es una práctica que debe gestionar de manera equilibrada la innovación ambiental, los principios éticos, le eficiencia económica, la coherencia social y el involucramiento con los grupos de interés, solo así se puede generar valor económico de largo plazo.

La experiencia de Líder debe servir para que las empresas comprendan, que el declararse Sustentable es un acto de transparencia voluntario, y que si están dispuestas a realizarlo deben también estar dispuestas a hacerse cargo no sólo de aquellas cosas que les favorecen, sino también de sus malas prácticas y comprometerse a corregirlas, repararlas, mitigarlas y por sobre todo a no repetirlas. Lo que se asume como compromiso, aunque este sea voluntario, debe cumplirse.

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