Por Nelson Núñez. Mucho tiempo se lleva discutiendo en Chile sobre la conveniencia de diversificar la matriz energética, para dejar de lado la escasez, la dependencia que tuvimos con Argentina y al mismo tiempo incorporar energías limpias a nuestra producción. Todo esto, potenciando las fuentes que el país posee: la energía eólica, solar, mareomotriz y geotérmica.
Este accidente pone en entredicho la real sustentabilidad que tendría la producción energética por la vía geotérmica y pone en evidencia, además, las múltiples fallas asociadas a los procesos de prospección.
Emplazamiento del proyecto
1. Turismo v/s energía: El área en que se produjo el accidente geotérmico es ampliamente conocida por su atractivo natural, de hecho los geéseres de “El Tatio” fueron declarados zona de interés turístico en el año 2002. Esta actividad genera múltiples fuentes de trabajo y prácticamente sostiene la economía de la zona, visitada por 100.000 personas al año y es, a mi juicio, una de las tres postales naturales de Chile (junto a la Isla de Pascua y las Torres del Paine). Con estos antecedentes, la pregunta surge de inmediato: por qué elegir “El Tatio” para un proyecto que puede comenzar a cambiar la forma en que Chile accede a la energía? Sin duda, a la luz de los hechos, ha sido una decisión desafortunada y apresurada, que no ha considerado que en Chile hay más de 300 fuentes de energía geotérmica, siendo uno de los países con mayor potencial en el mundo.
2. Involucramiento de las comunidades: el proyecto en cuestión se inserta en el área de influencia de comunidades atacameñas, además de la natural incidencia de las poblaciones y actividades económicas asentadas en los alrededores. Estas comunidades no han sido involucradas ni consultadas en todo el proceso de prospección.
Esta Licencia Social no es un proceso administrativo ni un procedimiento para la obtención de un certificado, es el resultado de un proceso de diálogo continuo y comunicación permanente entre la Empresa y la(s) Comunidad(es) interesada(s). En él se establece como política básica cumplir todo lo que se promete. Corresponde, en definitiva, al reconocimiento y aceptación de la convivencia, siendo esta la validez práctica que solamente se obtiene del involucramiento, cuestión que obviamente en este caso, se ha pasado por alto. Tal vez el error está en la escasa visión de quienes son responsables de la prospección al no considerar, que pese a que puedan contar con todos los permisos legales en la mano, si no cuentan con esta Licencia Social, las obras puedan llegar a paralizarse más temprano que tarde (numerosos son los ejemplos a nivel internacional que evidencian esto) .
Fumarola provocada por el accidente
5. Eficacia de Instituciones Públicas.: nuevamente nuestras autoridades ambientales han evidenciado una demora excesiva en su capacidad de respuesta, dejando muchas dudas sobre sus reales capacidades fiscalizadoras. Es hora que la autoridad haga su trabajo pensando en la sustentabilidad de largo plazo y no enfocada en el impacto de corto plazo.
Es por todas estas razones que el incidente de “EL Tatio” debe ser cuidadosamente abordado por todos los actores involucrados: estamos, como país, en una encrucijada vital, donde podemos finalmente tomar un camino que apunte al desarrollo sustentable a través de la producción de energías limpias como la geotérmica. Al mismo puede darse la paradoja que la ineficiencia y la escasa visión sistémica que han demostrado los responsables de este proyecto (algo elemental a la hora de realizar cualquier intervención del medio) hagan inviable dar el paso adelante y manchen para siempre la validez de este tipo de fuentes energéticas.
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